Ayer fui por primera vez al Ikea de Málaga, nunca antes había ido a un Ikea (salvo cuando era pequeña en Madrid pero no me acuerdo). Está ubicado a las afueras de la ciudad (como todos los ikeas) en una especie de centro comercial (ya que simplemente son grandes almacenes unidos por un aparcamiento) llamado Bahía Azul. Bueno, entramos y cogemos los lápices y las listas de la compra y a partir de ahí empieza nuestra aventura ikea. Yo iba buscando una nueva estantería, una cajonera, un sillón para mi cuarto, cajas, organizadores y moldes para repostería. La tienda es poco laberíntica y esta organizada en secciones por habitación o mueble. Hay un restaurante con unas excelentes vista sobre la periferia malagueña. Abajo encontramos más departamentos, el almacén y las cajas. El almacén me recuerda a esa película de Pixar «Monstruos S.A» la gran sala donde están las puertas, fue una sensación rara como si cumpliese un sueño de mi infancia.
A mí me gusta Ikea por que los muebles están bien y son baratos pero claro hay que montarlos y transportarlos. Algunos muebles que son las versiones baratas de otros muebles (por ejemplo la librería FLÄRKE es una versión barata de la BILLY) parecen demasiado endebles, malas y tienen un acabado «barato». Lo mejor de la tienda es que tienes una libertad total, nada de miradas asesinas cuando una se tumba en una cama, una se sienta en un sofá o observa o los cajones de un armario. Pero eso tiene un inconveniente y es que a veces la tienda (bueno, los espacios que imitan una casa) tiene un aspecto descuidado, con papeles tirados o muebles pintados (ya sabemos que la gente suele ser incivilizada). Para mi gusto algunos muebles están mal «presentados», por ejemplo lo escritorio que simplemente están puestos en fila uno detrás del otro, pero claro tampoco es que espere una presentación digna de una tienda de lujo. También creo que hay pocos dependientes y es algo difícil encontrar alguno, pero a su favor hay que decir que son agradables y atienden bien. Pero en general la tienda me ha gustado y he visto muebles bastante interesantes.
Antes de ir al Ikea, fui al Carrefour de la Rosaleda o Caniland. Debido a su posición geográfica, al lado de la Palmilla (barriada de la aristocracia kinki de Málaga) y os imagináis como está eso a las 7 de la tarde un sábado… Bueno yo afortunadamente fui a las 4 un jueves o sea que no tuve ningún problema. Nunca me han gustado los hipermercados, es verdad que tienes de todo pero prefiero ir a tiendas especializadas, en las que se disfruta comprando y no sitio con techos altísimos en los que se ve los conductos del aire acondicionado, están atestados de gente, el personal pasa de ti y en las cajas hay que esperar media hora… Pero este Carrefour está adaptado a los gustos del kinki, solamente hay que ver que la sección de libros es casi inexistente y que la sección de joyerías es el colmo de la horterada, todo de oro barato y cuanto más ostentoso sea, mejor (dan miedo los anillos que no sé como no se curvan los dedos de quienes los llevan). Bueno tardamos un cuarto de hora en ser atendidos y cuando instalé mi impresora me di cuenta de que le faltaba un cable…